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lunes, 19 de febrero de 2018

EMV - Adela Zamudio

Adela Zamudio - Breve Biografía

https://youtu.be/nKX4RxtdURg

ADELA ZAMUDIO
Destacada como una de las mejores escritoras de la literatura boliviana, la mejor de todos los tiempos.Nacida en Cochabamba el 11 de octubre de 1854, falleció el 2 de junio de 1928 en su ciudad de origen.
Poetisa, novelista, dramaturga y pedagoga, su trabajo estuvo caracterizado por su hondura reflexiva, versatilidad, integridad moral y su lucha por eliminar los perjuicios en contra de las mujeres por parte de la iglesia y la sociedad.
“Día miércoles, 11 de octubre de 1854, a la hora 4:45, poco antes de romper el alba, en su alojamiento de la casa quinta de Juan de la Cruz Torres y María de las Nieves Moscoso de Torres, destinada a convertirse cinco años más tarde en el monasterio de las Capuchinas, nace Adela Zamudio”, informa Augusto Guzmán en su “Biografía de una mujer ilustre”.
Su nombre completo era Paz Juana Plácida Adela Rafaela Zamudio Ribero. Sus padres unos nobles propietarios de minas en Corocoro, La Paz, dato que generó una confusión sobre el lugar de nacimiento de la poetisa. Pero Guzmán lo aclaró debidamente y una sobrina de Adela, Gabriela Taborga Villarroel, aportó con la partida del bautizo celebrado en la Catedral y otros documentos certificando que Zamudio nació sin duda en Cochabamba, cuando sus padres  vacacionaban en este valle.
Tras el nacimiento de la niña, los Zamudio Ribero retornan a Corocoro donde Adela transcurrirá los seis primeros años de su vida.Cuando la futura poetisa está por cumplir siete años, en 1861, sus padres deciden abandonar Corocoro definitivamente, pues el ingeniero Adolfo Zamudio no está de acuerdo con el asentamiento del capital chileno en esas ricas vetas de cobre con las inversiones realizadas por Melchor Concha y Toro;  y opta por comprar unas tierras agrícolas en el valle paceño de Caracato. Pero un año después la madre, Modesta Ribero, hermana de Ramón Rivero, pide que la familia que se traslade a Cochabamba. Compran una finca en Corani y se asocian con los Rivero Torres para realizar inversiones agrícolas y comerciales.
Se dice que durante su permanencia en Corani y Colomi (de donde su familia se desplazó luego a Chapare), la niña Adela Zamudio solía visitar la casa solariega de Nataniel Aguirre, el gran escritor que sin duda impactó con su “Juan de la Rosa” en el espíritu de la futura poetisa; y en el curso de esas visitas Adela fue gestando uno de sus primeros poemas escritos siendo adolescente, al que tituló  simplemente “Poeta”.
Sus padres le procuraron una educación de altísimo nivel. Contrataron a una maestra inglesa, miss Elizabeth Gové, quien llegó de Londres exclusivamente para enseñar a Adela el idioma de Shakespeare. De hecho, Adela Zamudio leyó toda la obra de Shakespeare en su lengua original, y se dio el gusto de traducir a Longfellow.
Impulsada por su vocación literaria, con apenas 15 años Adela Zamudio se dio a conocer como poetisa por medio de la publicación en medios locales, del poema titulado "Dos Rosas" que firmó  con el seudónimo  de "Soledad"
En 1887 publica el primer volumen  de versos, un poemario presentado bajo el título  de " Ensayos Poéticos ". Esta obra merecio el elogio unánime de escritores y lectores, lo que contribuyo a que Adela Zamudio cobre confianza y seguridad, en los resultados de aprendisajes que ganaba de manera autodidacta, hasta ese momento.
La excelente acogida a "Ensayos Literarios", le valio a Adela Zamudio al margen de otros honores y distinciones, su designación como "Socia de Honor" del Círculo Literario  De La Paz en 1888, reconociendo públicamente su valor como escritora.
En 1890 pública " Violeta o La Princesa Azul" escrito en sus momentos libres, ya que estaba empeñada en alcanzar una formación académica y un nivel cultural, en su deseo de ser maestra, es asi que en ese mismo año ingresó al Magisterio .Fue admitida como maestra en la escuela San Alberto de Cochabamba, entre las enseñanzas que imparte a las niñas, además de letras, están las artes plásticas. Adela Zamudio solía ilustrar sus versos con hermosos dibujos y pintaba óleos —la Virgen de Santa Clara su modelo favorita— con inigualable maestría. En su casa de la calle Ayacucho abrió una Academia de Dibujo y Pintura.
En 1905 el gobierno de Ismael Montes le encomienda la dirección de la primera Escuela Fiscal de Señoritas El Liceo De Señoritas fundada por ella, allí desarrollo un valiente y dedicado trabajo docente orientado a la eliminación de trabas y perjuicios que lastraban o dañaban la formación académica y espiritual de las jovenes bolivianas en aquel entonces. Esta experiencia le servira para escribir sus siguientes obras literarias como:
El poema “Quo Vadis” de 1903, cuestiona las conductas sociales de la Iglesia y levanta “en la placidez del  ambiente cochabambino, la agitación de una tempestad” recibiendo fuertes  críticas de las voces públicas más importantes del momento; lo cual, según  Gustavo Adolfo Otero, equivale a su primera coronación (Otero, 1953). También en 1906 público  una obra teatral dirigida a los niños titulada "El Castillo Negro".
En 1913, cuando hace pública su opinión en el texto “Reflexiones” a raíz de una representación realizada por niñas y niños de una escuela en la que éstos repetían los moldes más tradicionaes  de la sociedad. Se trataba de una escuela que postulaba encarnizadamente  la enseñanza obligatoria de la religión. Adela estaba en desacuerdo con esa  imposición (Taborga, 1981).
Estos textos suscitaron una polémica porque  propusieron cosas tan audaces para su época como el matrimonio civil, el divorcio y la separación de poderes  de la Iglesia  Católica  y del Estado boliviano. En estas polemicas se vieron involucrados gran parte de la pequeña sociedad civil de entonces; por una  parte estaban Zamudio y algunos intelectuales que la  apoyaron, y por otra los que reaccionaron en contra  del texto de Zamudio: el padre Pierini promotor de un movimiento  ultraconservacionista, con la ayuda de grupos incondicionales de la Iglesia, especialmente de señoras de asociaciones de beneficencia, bajo el nombre de "Liga de las Señoras Católicas" pretendia defender los arcaicos privilegios legales y fiscales de la Iglesia Católica en el sistema del país.
Es asi que el Padre Pierini crea paralelamente una “Escuela Superior de Señoritas” de rigurosa disciplina católica. Pierini emprende ese proyecto movilizando a su “Liga de Señoritas Católicas” que organiza un “gran concierto infantil” a fin de recaudar fondos para dicha escuela, y entre los números programados se anuncia la presentación de una obra teatral muy de moda en el “gusto moderno” de la época: “La viuda alegre” de Franz Lehar.
Esa obra picaresca sería representada por niñas y niños de la “alta sociedad” cochabambina, nada menos que bajo los auspicios de fray Pierini, quien acusaba de “inmorales” los métodos educativos de Adela Zamudio. Había que aclarar posiciones y la maestra lo hizo cortando por lo sano con su fila pluma en las páginas de “El Heraldo”, el 23 de septiembre de 1913:
“La Liga de Señora Católicas ha presentado al público no un juguete dramático, no una pieza inocente interpretada por niñitas como se hizo otras veces, sino una función de gala según el gusto moderno (…). Un hermoso e inteligente niño, hijo nada menos que de un comisionado de instrucción municipal, haciendo de borracho y libertino, ha cantado loas al vicio y a la disipación con asombrosa maestría. Una nena de cinco años, defendiéndose con el abanico de los besos de un enamorado y cayendo luego en sus brazos desmayada, ha imitado con gracia igualmente asombrosa las añagazas de una coqueta resabida. Otra, esposa infiel de seis años, ha sido sorprendida y duramente increpada por el marido. (…)”.
Luego de reseñar aquella casi erótica obra teatral actuada por unos niños de cuya educación moral Pierini decía ser custodio pretoriano, Adela Zamudio daba una lección pública de auténtica moral cristiana:
“Como educadora protesto en voz alta contra esas exhibiciones infantiles que no dicen bien de nuestra cultura. Ya que nuestras costumbres, poco definidas, nos inducen a explotar la gracia de los niños en beneficio de obras de caridad, bien o mal entendidas, sepamos por lo menos presentarlos sin escarnio de su inocencia”.
Pierini contra atacó lanzando un libelo en “El Ferrocarril”, a lo cual Adela Zamudio respondió con esta carta abierta publicada en diciembre de 1913:
“Lo que evidentemente irrita a Ud. y le escandaliza es que, una cualquiera como yo, una mercenaria que gana el pan, tachada además de irreligiosidad, se haya atrevido a denunciar un error de matronas piadosas, ricas e influyentes. Si esa es la moral católica que Ud. tanto encomia, yo no la profeso ni la enseñaré jamás a mis alumnas. Yo profeso la moral humana, la inmutable, la que aquilata la virtud donde se encuentre, humilde y desconocida, y condena el error sea quien fuere el potentado que ha caído en él”.
El Consejo Universitario de la Universidad Mayor San Simon interviene emitiendo un voto de apoyo a Rodolfo Montenegro, quien fue el primero en entrar abiertamente a defender a la escritora. Se parcializaron también los mismos periódicos que divulgaron las notas del debate, sobre todo en Sucre: El periódico La Mañana defendía a Adela de los “ataques clericales” calificando de “postreros rezagados de la evolución humana” por otra parte en el periodico La Capital, escribian los que a su  vez no vacilaron en utilizar la injuria y llegaron a desprestigiar a la escritora y  postular que no estaba habilitada para la educación por no haber sido madre  y por ser soltera.
La polémica adquirió alcance nacional y un grupo de poetas de todo el país lanzó una proclama de solidaridad con Zamudio. Respaldaban a la combativa poetisa, entre otros, Rodolfo Soria Galvarro, Rosendo Villalobos, Franz Tamayo, Benjamín Guzmán, Gregorio Reynolds, Emilio Finot, Juan Francisco Bedregal, Albel Alarcón y Raul Jaimes Freyre.
Asimismo, “los círculos intelectuales de Cochabamba entraron en actividad y materializaron una simpática iniciativa, entregando a Adela Zamudio una artística pluma de oro, galardón de triunfo, con una tarjeta de ofrenda que  llevaba más de un centenar de firmas de caballeros respetables y jóvenes distinguidos.
Este mismo año pública "Ráfagas", una colección de poesía, e "Íntimas", la única novela epistolar de Zamudio,  que recién a fines del siglo XX será muy celebrada por la crítica. Mientras  estas dos publicaciones habrían de esperar que pase mucho tiempo para ser  reconocidas, aquellas que abrieron el debate sobre aspectos de educación y  religión tuvieron gran repercusión en una sociedad que empezaba a querer  sacudirse de algunos patrones coloniales de pensamiento.
En 1914 cuando la aguerrida pedagoga alcanzaba ya los sesenta años de edad, ese vigor impulsivo que habia alentado sus ideas liberales mantenía intacta toda su capacidad de enfrentamiento contra los sectores reaccionarios que seguian oponiéndose al desarrollo intelectual y humano de las mujeres. Es asi que publica "Temas Pedagógicos", hacia latente la repulsa e indignación que le causaba el hecho de que las jóvenes educandas bolivianas, al alcanzar el tercer grado de escuela primaria, se vieran obligadas a suspender su formación académica, pues el sistema educativo de la época no permitia que accederán a cursos superiores.
En 1915, el Círculo de Bellas Artes de La Paz, una institución civil, la nombra Mantenedora de los Juegos Florales. En esa ocasión recibe los halagos tanto de los hombres de letras como de los distintos órganos de prensa de La Paz. Por ejemplo, el periódico El Tiempo dice: “Su nombre tan conocido es en la ciudad como en las demás capitales americanas. Y sus ideas tan amplia y liberalmente expuestas hacen honor a la educación y pensamiento del feminismo boliviano”.
Adela Zamudio alentó con todos sus esfuerzos la formación del pensamiento feminista. Y bajo ese influjo, en 1921 apareció en Oruro el primer número de la revista “Feminiflor” dirigida y escrita por mujeres que fortalecían el ideal de la liberación femenina; y en 1923 se constituyó en La Paz la primera organización autónoma de mujeres que luchó por los derechos políticos, el Ateneo Femenino.
En 1926 apoyó públicamente la Ley de Divorcio, sancionada en 1932. Estuvo a la vanguardia por las reformas democráticas y exigió la separación de la Iglesia y el Estado. En este periodo se incorporaron las mujeres al movimiento sindical, con sindicatos propios y con la Federación Obrera Femenina.
Ese mismo año, el 28 de mayo, el pueblo de Cochabamba asiste a su coronación.
“…en la vereda norte de la plaza 14 de Septiembre, se sacaron las rejas metálicas de los balcones de la Prefectura y se extendió un entablado cubierto de rojo alfombrado. (…). Con exageradas horas de anticipación la Plaza se repletó. Hubo toque de campanas, trombones y bandas; pero el regocijo no alcanzó el desnivel de las algazaras populares, porque así lo pidió y definió el criterio ascético y sobrio de la gran maestra”. 
Meses antes de aquel homenaje casi forzado, la maestra fue obligada a jubilarse de su cargo como Directora del Liceo de Niñas y Señoritas. Que después de su muerte cambiaría su nombre a "Liceo Adela Zamudio".
Todavía ofendida, puso como condición intransigente para aceptar el acto adulatorio del gobierno de Siles que estén presentes allí todos los poetas posibles del país, y exigió sea especialmente invitado el vate paceño Juan Francisco Bedregal, a quién Adela misma mandó un telegrama urgente diciendo: “Han resuelto coronarme. Su presencia fortaleceráme en tan duro trance”. 
A la hora de la coronación, el poeta ingresó al teatro Achá vistiendo una capa al estilo del príncipe de Kropotkín y exclamó con su sonora y aguardentosa voz esta célebre frase: “Vengo de capa a rendir homenaje a una mujer de espada”.
Adela Zamudio murió dos años después, el 2 de junio de 1928 y dejó escrito su epitafio con estas palabras:
“Vuelo a morar en ignorada estrella libre ya del suplicio de la vida, allá  os espero; hasta seguir mi huella lloradme ausente pero no pérdida." No en vano le decían la Alondra Solitaria.
Después de 52 años de su fallecimiento y en homenaje al nacimiento de la poetisa, el gobierno de la presidenta Lidia Gueiler de Tejada instituyó en 1980 el Día De La Mujer Boliviana, celebrado un 11 de Octubre.
En 1990 circula el billete de 5 bs, en honor a Adela Zamudio.
La municipalidad de Cochabamba, instituyó en su honor el premio de cuento Adela Zamudio, que se entrega desde 2006.
En un reconocimiento otorgado en Cochabamba un 28 de mayo de 1926 por el presidente Hernando Siles Reyes, el rector de la Universidad Mayor de San Simon, Felix del Granado afirmó;
"Pueblo, honra y ama al poeta; ámalo porque con sus manos desgarradas, heridas por los espinos del camino, recoge la dorada espiga y amasa el pan; porque, con sus pies sangrantes, desciende a las profundas cisternas en pos del agua con que escancia el ánfora; ámalo porque así sacia tu hambre de belleza y apacigua tu sed de ideal."

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